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Así lo expresó CERMI Andalucía, entre otras peticiones, en su comparecencia ante el Grupo de trabajo frente al reto demográfico de Andalucía del Parlamento. Con motivo del Día Internacional de la Mujeres Rurales, CERMI Andalucía recuerda que la ruralidad es otro eje de desigualdad que se entrecruza con la discapacidad, el género y la edad. El Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Andalucía (CERMI Andalucía) compareció el pasado martes, 13 de octubre ante el Grupo de trabajo frente al reto demográfico de Andalucía del Parlamento, centrando su intervención en los colectivos con discapacidad sujetos a discriminaciones interseccionales.
Rafael Caballero, miembro de CERMI Andalucía, acudió en representación de la entidad y expuso ante las y los parlamentarios las principales dificultades y problemáticas que enfrentan las personas con discapacidad en el entorno rural, cada vez con mayor despoblación, menos servicios públicos y, por lo tanto, mayor aislamiento. Durante su comparecencia, el representante de CERMI Andalucía puso el acento en distintos aspectos vinculados con colectivos específicos. Así, con relación a la infancia con discapacidad, apuntó la escasez de servicios de atención temprana y centros educativos dotados de recursos que den una adecuada respuesta educativa a la infancia con discapacidad o en riesgo de desarrollarla en las zonas rurales. En cuanto a las personas con discapacidad en situación de dependencia, manifestó que este colectivo es duramente castigado por la inexistencia de un modelo de atención a las situaciones de dependencia que ponga a la persona y al máximo desarrollo de su autonomía en el centro, agravándose considerablemente esta situación en lo rural. Por otra parte, en relación con las personas mayores con discapacidad, insistió en la ruptura de las historias de vida y las raíces cuando, por razón del envejecimiento, del aumento de la dependencia y de la soledad y el aislamiento, no queda otra alternativa que ingresar en centros residenciales alejados de su entorno y de su gente. En lo que toca a las mujeres con discapacidad, reclamó oportunidades de empleo más allá del sector servicios, así como la visibilización y reconocimiento económico de los cuidados que muchas ejercen. Insistió en la importancia clave de que los servicios de salud sean accesibles y cercanos, incluyendo, los servicios a la salud sexual y reproductiva y en la necesidad de articular y ofrecer medidas de apoyo a la crianza y el cuidado. Asimismo, recordó el Convenio de Estambul y la necesidad de atender la mayor vulnerabilidad a la violencia de las mujeres con discapacidad y rurales. En definitiva, reclamó dar prioridad a las niñas y mujeres con discapacidad rurales. Desde CERMI Andalucía se insistió en la promoción del asociacionismo y de las redes entre mujeres con discapacidad y entre personas con discapacidad, el voluntariado y otras medidas de iniciativa ciudadana. Igualmente, Rafael Caballero puso en primera línea la relevancia de garantizar suministros, medios de transporte y telecomunicaciones que superen las desigualdades territoriales y el imperativo de desarrollar una economía rural en términos ecológicos, de respeto y conservación del medio ambiente y la cultura rural, e inclusiva para las personas con discapacidad. Para finalizar su intervención, Rafael Caballero invitó a las y los parlamentarios a apostar, formalmente, por aplicar la transversalidad de la perspectiva de la discapacidad, de la mano y con el apoyo del movimiento de la discapacidad organizado, en las políticas, planes y actuaciones que se desarrollen, especialmente en el medio rural, y siempre bajo la guía y el compromiso del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
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Octubre 2024
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